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La catedral Notre-Dame de París reabre finalmente sus puertas este sábado 7 de diciembre, en las vísperas de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. (AFP or licensors) La catedral Notre-Dame de París reabre finalmente sus puertas este sábado 7 de diciembre, en las vísperas de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. (AFP or licensors)

Nuncio apostólico en París: "Francia fascina al Papa Francisco"

El Papa estará representado en las ceremonias de reapertura de la catedral de Notre-Dame de París por el nuncio apostólico en Francia, el arzobispo Celestino Migliore. En una entrevista exclusiva con los medios vaticanos, el representante del Papa en Francia expresó la estima de Francisco por los fieles y el pueblo de Francia, un país con «una asombrosa paradoja» entre una secularización avanzada y una verdadera fecundidad espiritual.

Delphine Allaire, enviada especial a París

En vísperas de la reapertura de la emblemática catedral gótica, el arzobispo Celestino Migliore, Nuncio Apostólico en Francia desde enero de 2020, hace un balance de este gran acontecimiento para la diócesis de París, el país y todos aquellos que llevan Notre-Dame en el corazón. Las ceremonias de apertura reunirán a jefes de Estado y a diversas personalidades religiosas y reales, así como a las personas más pobres y vulnerables, invitadas por la diócesis de París. Con este motivo, el Papa dirigirá un mensaje al pueblo francés, que se leerá el sábado 7 de diciembre en la catedral. Hemos hablado con Monseñor Celestino Migliore, Nuncio Apostólico en París, que representará al Papa en las celebraciones. 

Como representante del Papa en Francia, ¿qué sentimientos tiene al ver esta emblemática catedral restaurada y reabierta cinco años después de un espectacular incendio?

Son sentimientos de alegría, de satisfacción y de compartir esta alegría con el pueblo francés. En la presentación de las obras de restauración hace una semana, el Presidente Emmanuel Macron dijo que, tras el shock del incendio de hace cinco años, la reapertura de la catedral nos ofrece hoy un golpe de esperanza. No especificó en qué consistía esa esperanza, pero para el francés de a pie, creyente o no, cristiano o no, la catedral de Notre-Dame siempre ha sido la encarnación solemne y familiar de la identidad de Francia.


¿Cuál cree que es el aspecto más importante de esta reapertura y restauración de la catedral? ¿De qué es signo este acontecimiento?

Es un signo de esperanza. Si la conmoción causada por el incendio fue una herida profunda, como si su símbolo, su identidad, hubieran sido desgarrados, hoy, la reconstrucción, excelentemente realizada, tiene el efecto de invertir la cicatriz de la herida. La esperanza que alberga es la de redescubrir y renovar el sentido y el sabor de su identidad nacional. Una identidad que devuelva la confianza en uno mismo y en la sociedad, algo de lo que Francia tiene gran necesidad. Una identidad que abra al individuo y a la sociedad a la interacción con el mundo, a la inclusión, lejos de cualquier identitarismo excluyente.

El hecho de que el Papa no venga fue a veces malinterpretado, lo que suscitó diversas reacciones. ¿Cuál es su respuesta a quienes le esperaban fervientemente, a los fieles y al pueblo francés?

Lo hemos dicho una y otra vez, pero está claro que no se escucha la razón. Algunos afirman que al Papa no le gusta Francia. Esto puede venderse bien en la prensa, pero no es la verdad. El Santo Padre tiene simplemente una visión del mundo que favorece a las periferias, a los países pobres, a los países que aún no han recibido su visita.

En segundo lugar, la razón más profunda es que si el Santo Padre viniera a París para la inauguración, sería la estrella del día. Quiere que Notre-Dame sea la estrella. También estamos en un momento sinodal. La catedral es una cátedra episcopal, por lo que quiere que el obispo local presida y celebre este gran acontecimiento. Por supuesto, el Papa estará presente con un mensaje, con la oración, con su unidad y con su gran estima por Francia. A todos aquellos que dicen que al Papa no le gusta Francia, eso es realmente falso, una falsa percepción, una falsa idea.

Francia fascina al Papa Francisco por lo que él considera una asombrosa paradoja. Es a la vez uno de los países donde el proceso de secularización está más avanzado, hasta el punto de que Dios parece haber desaparecido del paisaje. Al mismo tiempo, es una de las tierras más fértiles de santidad, no sólo en el pasado, sino incluso hoy. Es la creatividad pastoral, la investigación teológica y el testimonio de santidad que el Papa ama en el pueblo de Dios en Francia.

Turistas de distintas partes del mundo toman fotos de la catedral de Notre-Dame el 7 de diciembre de 2024. (REUTERS)
Turistas de distintas partes del mundo toman fotos de la catedral de Notre-Dame el 7 de diciembre de 2024. (REUTERS)

Una semana más tarde, el Obispo de Roma realizará una visita pastoral a Córcega (ndr, el domingo 15 de diciembre). Algunos contraponen estos dos acontecimientos. ¿Es esta la manera correcta de verlo?

El Papa vendrá a Córcega para clausurar el congreso sobre la piedad popular, y sabemos lo querido que es este tema de la piedad popular para el Papa Francisco, pero también para muchos sacerdotes y pastores. Hoy, la piedad popular transmite formas más profundas de fe. A veces la piedad popular parece un poco folclórica, un poco superficial. También tiene eso, pero transmite una fe profunda que hoy necesitamos para reavivar nuestra fe en Jesús.

¿Qué aprecia el Sumo Pontífice de los católicos franceses?  ¿Qué es lo que más le conmueve de la cultura religiosa francesa?

Lo vimos muy claramente el año pasado, cuando el Santo Padre visitó Marsella. A menudo, cuando recibe a las delegaciones francesas en Roma, siempre repite: "Tienen ustedes una Iglesia valiente y creativa". En un contexto, podríamos decir, de crisis, con la cuestión de los abusos, podríamos decir que el Papa exagera. No, no exagera. Tiene una percepción y un conocimiento muy profundos de la realidad en Francia. Sabe que no se trata sólo de abusos, que no se trata sólo del descenso de la asistencia a la misa dominical, sino que existe todo lo que los teólogos han resumido en dos palabras: el paso de la vigilancia al engendramiento.

Aunque el número de asistentes a misa hoy es mucho menor, el proceso de engendrar está muy vivo. Hay iniciativas y personas comprometidas con la evangelización, con el fomento de una fe mucho más convencida, más personal y, por tanto, mucho más eficaz y creativa en la sociedad.

El Estado francés prometió reconstruir la catedral de Notre-Dame tras el incendio de abril de 2019, y este sábado 7 y domingo 8 de diciembre se realiza la gran reapertura. (REUTERS)
El Estado francés prometió reconstruir la catedral de Notre-Dame tras el incendio de abril de 2019, y este sábado 7 y domingo 8 de diciembre se realiza la gran reapertura. (REUTERS)

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07 diciembre 2024, 12:31