Un momento del “Padel autistic tour” promovido por Athletica Vaticana Un momento del “Padel autistic tour” promovido por Athletica Vaticana 

Athletica Vaticana y la volea de Margherita

El pasado 14 de diciembre tuvo lugar la segunda etapa del “Padel autistic tour”, una iniciativa deportiva inclusiva promovida en los clubes deportivos de Roma por la asociación deportiva vaticana y la asociación "Siamo delfini impariamo l’autismo", con el patrocinio de la “International padel federation”. La conclusión será el 14 de junio para el Jubileo del deporte

Fabrizio Peloni – Ciudad del Vaticano

“¡Tengo miedo!”. Margherita no tenía ninguna intención de pisar la cancha de pádel. Con gestos, y con la sensibilidad de una joven de 21 años con autismo, había dejado claro que quería que todos se mantuvieran a distancia: que nadie se acercara a proponerle jugar, en resumen. Parecía una partida perdida.

Sin embargo, aquí está la chispa de la fraternidad capaz de hacer surgir la idea de una relación humana directa, precisamente a través de esa experiencia inclusiva y abierta a todos que es el deporte.

Sorprendiendo a todos, Margherita jugó al pádel – ¡y lo hizo bien! – en la primera etapa del Padel autistic tour, el pasado 23 de noviembre en el centro deportivo Villa Pamphili. Y la noticia es que el 14 de diciembre, también salió a la cancha en la segunda etapa, a las 15,30 en The Fox, en la vía Ettore Stampini 36, en el barrio Aurelio.

 

Este singular Tour de pádel – 15 etapas en los clubes deportivos de Roma – con niños y jóvenes autistas como protagonistas de una experiencia inclusiva, es una oportunidad de compartir, a través del lenguaje concreto del deporte, vivida como un curso gratuito e “itinerante” que también involucra a las familias.

Una propuesta particularmente significativa para Roma en los días del Jubileo, que tiene en la acogida para todos y en la esperanza sus palabras clave. Y el Tour concluirá el sábado 14 de junio, precisamente en ocasión del Jubileo del deporte.

Para promover la iniciativa, patrocinada por la Federación internacional de Pádel, están la asociación Siamo Delfini impariamo l’autismo y Athletica Vaticana. Con el apoyo del periódico Corriere dello sport. Numerosos clubes deportivos han adherido y apoyan el proyecto, abriendo sus puertas en el signo de la cultura del encuentro. Facilitando la inclusión y la compartición de manera sencilla – con una raqueta y una pelota – en la visión concreta del deporte para todos y con todos, que nunca excluye.

En los lugares deportivos más frecuentados por los aficionados al pádel, niños y jóvenes en el espectro autista tienen la oportunidad de vivir la experiencia de un deporte particularmente "social" que, aunque se desarrolla en una "jaula", es una expresión de libertad de sus propios límites y prejuicios. Junto a los jóvenes protagonistas del Tour hay compañeros de juego-educadores que comparten el campo en un estilo de voluntariado y amistad que se convierte en fraternidad.

Y es precisamente la experiencia que está viviendo Margherita – y, como ella, los otros 10 chicos con autismo que participaron en la primera etapa – encontrando el valor de aceptar la invitación a intentar dar "el primer golpe". En el pasado, Margherita había jugado al tenis, pero ese primer golpe en el pádel, dado además con un excelente timing superando el miedo de ser "involucrada", le provocó una sonrisa inesperada. Y así, más sonrisas con cada nuevo golpe, acompañado también de un pequeño salto para expresar alegría. Sencillo. Incontenible.

Arriba, inesperadamente puntual, también el primer “choca esos cinco” que ha anulado – incluso físicamente – esa distancia impuesta, con claros gestos, por Margherita al momento de entrar, titubeante, en la cancha. “¿Pero soy buena?” es luego la pregunta que ha marcado el inicio de la relación directa: desde ese momento ha sido un sinfín de sonrisas, propuestas para probar golpes más complejos, incluyendo voleas. Con un involucramiento que la ha llevado, espontáneamente, incluso a recoger las pelotas esparcidas en la cancha. Un gesto no trivial. Para luego unirse con todos en un gran abrazo, dentro de la cancha, para la foto grupal de rigor.

Quizás solo los más tenaces y optimistas soñadores podían imaginar que en una cancha de pádel Margherita podría cambiar su “enfoque con el mundo” hasta tejer una nueva red de relaciones.

No ha terminado aquí. Después del partido, Margherita ha relanzado su “deseo de diálogo” haciendo también saber que conoce el idioma francés. Usándolo no más como una barrera, sino como una expresión de dulzura, como 'algo' que le pertenece en lo profundo. Y también con la delicadeza de hablar despacio para hacerse entender por todos. Una volea realmente ganadora.

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

16 diciembre 2024, 13:33